Críticas 6x02: Crecimiento perfecto.

Esta semana nos han dado un capítulo donde la trama ha avanzado. Tribute ha sido un gran capítulo. Un capítulo que demuestra la madurez de la serie madre. Un capítulo que demuestra que la longevidad de una serie, a veces, no es directamente proporcional a la bajada de calidad.

Arrow es una de esas series. 




Hemos tenido temporadas buenas y  hemos tenido temporadas no tan buenas. Pero Arrow siempre ha estado ahí, cada año, reinventándose, saliendo adelante con los problemas. Esta temporada es la cima de la serie. Arrow ha dado un giro ESPECTACULAR, un giro que arroja la madurez de todos los personajes y de todas las tramas que les envuelven. Un giro que culmina y reafirma que Arrow es una serie especial. 

Este año se nota y se siente en cada minuto lo espectacular de lo creado estos seis años de show. Los problemas, los villanos, los nuevos personajes, la evolución de los veteranos... todo se ha teñido de madurez y crecimiento, haciendo que Arrow, un año más, consiga reinventarse de una manera inimaginablemente perfecta. 

Esta madurez, este regreso al mundo adulto que perdimos con Moira y Malcom, esta mezcla perfecta entre vigilantismo y mundo real, es un aire fresco para serie y a la vez un aire conocido y añorado. Al menos por mi. William era un personaje y una trama que de primeras daba miedo. Un miedo incontrolable a que no pudiesen llevar ni plasmar esta trama en la vida del protagonista y mezclarla con todo lo vivido en años. Pero de nuevo Arrow nos deja con la boca abierta.

Stephen Amell ha crecido mucho como actor, sus tablas se notan más que nunca este año. Y el actor de William, pese a su juventud, es oro para la serie. Se nota claramente que este año todo gira entorno a la familia, y lo han plasmado perfectamente. Sin irse por las ramas ni meter relleno inútil. Aunque existan tramas girando en torno a todo, se siente que ese todo es la nueva paternidad de Oliver. Todo gira como un engranaje perfecto. Como un reloj. Plasmado con una sutileza exquisita.




El papel de William está siendo llevado de una manera asombrosa. Es un personaje que lo ha cambiado todo sin quererlo. Pero él está ahí, quieto, preocupado, agobiado y triste. Pero no pone problemas, no es un añadido negativo. Al contrario. Es un factor muy positivo que, sin ser esperado, ha traído a la serie algo nuevo que ha arrasado con todo. 

Hoy, hemos avanzado en las tramas, hemos descubierto y nos han explicado el problema de Diggle. Ese daño degenerativo en el nervio del brazo que, a pesar de estar tratado desde el mismo momento que Diggle se dio cuenta, no deja de darle problemas. Ahora se entienden muchas cosas, y surgen otras. Uno de los más veteranos en la serie que ha intentado explicarle a su amigo lo que le ocurre, pero en vez de eso se ha encontrado con el pase de un testigo, con el pase de un legado. Una carga muy grande para alguien que no está en su mejor momento. Pero estaba claro que no iba a rechazar ser Green Arrow, no ahora. Diggle sabe que Oliver le necesita, y jamas fallaría a su hermano, aunque eso le costase la salud.




Así que quizás por miedo a decepcionar a Oliver, o por miedo a fallarle, Diggle ha aceptado ser Green Arrow, sin tener en cuenta que ahora no es el momento de aceptar un reto así. Pero ¿cómo va a rechazar Diggle seguir con el legado de Oliver?. Es imposible imaginar un mundo parelelo en el que John dijese que no a esa oferta.

Y es que Oliver ha tomado una decisión propia de la madurez que la serie nos está mostrando. William tiene miedo a quedarse solo, es lógico. No tiene que ser fácil para un niño, ni para nadie en realidad, saber que tu padr es un súper héroe cuya vuelta a casa tras la lucha es incierta. Psicológicamente es un miedo paralizante. No es de extrañar entonces que Oliver, padre ante todo, decida colgar la capucha. Y no solo por ese miedo a dejar huérfano a su hijo, si no porque siendo Green Arrow está poniéndole a William una diana en la espalda. La lista de personas que saben la identidad de Oliver es demasiado amplia como para confiar en que nadie irá a por el. Y este año ha pasado exactamente esto con Anatoly.




Anatoly ha vuelto para ser un enemigo de Oliver, un hombre honorable, como él dice de sí mismo, pero que no ha dudado en nombrar a William para dejarle claro a Oliver que puede ir a  por quien más le importa cuando él quiera y de la manera que se le antoje. Además, no solo se trata de Villanos, también se trata de la carcel. Oliver se ha librado  muchas veces de la exposicion pública de su doble identidad. Pero la suerte no es enterna, y a veces, abandona a la gente. En este capítulo, gracias a Felicity y Curtis, Oliver ha podido escapar por los pelos, pero su hijo ha estado a punto de pagar el precio, siendo un objetivo claro a interrogar por el FBI. Algo duro de pasar y vivir para un niño.




 Seguimos viendo a un Oliver intentado ser padre, alcalde y héroe a vez. El móvil no dejaba de sonarle en los momentos más inoportunos, y nunca podía decir que no a esa llamada, lo que significaba tener que dejar a William en medio de lo que estuviesen haciendo ambos. Oliver ha estado todo el capítulo de aquí para allá. Cogiendo llamadas, yendo a citas de la alcaldía, tratando de solucionar los probelmas como Arrow, enfrentándose a otros problemas como padre y a otros como alcalde. Una ansiedad demasiado alta para no tener el control de muchas de las cosas que le suceden.

Como padre sigue en rodaje, todavía tiene mucho que aprender, pero tenemos que reconocer que no se le está dando nada mal para ser primerizo, a pesar de haberle aconsejado a su hijo un par de movimientos clave para dejar K.O a su oponente en el colegio ante la mirada atónita de su hijo, es de esperar, es lo que tiene que tu padre sea un héroe y una maquina de matar.

Ese momento me ha gustado. Y el final con los dos jugando a la consola ha sido precioso. Tienen una conexión innegable. 




Pero a pesar de todo, ambos, padre e hijo, están sumiéndose en un nuevo miedo. Un miedo al que Oliver tendrá que enfrentarse como padre, como alcalde y como héroe. Aún así, ha sido muy honesto por parte de Oliver, no prometer lo que no puede cumplir. Y esto es lo que más demuestra su crecimiento, al decir a su hijo que lo único que puede prometerle al cien por cien es que intentará con todas sus fuerzas ser el mejor padre y estar ahí para él siempre. 

Desde luego deja claro que Oliver ha sabido coger lo mejor de Moria y Robert, desechar lo peor de ellos a la vez, y crear su propia figura paterna hacia su hijo.

Impecable.



También nos han sentado las bases para la futura empresa de Felicity. Nos han mostrado un trabajo impecable y codo con codo, entre Felicity y Curtis. Era cuestión de tiempo la asociación de ambos para un trabajo común. Hacen muy buen equipo y estoy segura que lograrán hacer grandes cosas para y por El Mundo.




Dinah, Rene y Quentin también están encontrando poco a poco su lugar en las tramas. Dinah tiene una química genial con Diggle, lo que hace que su amistad sea un regalo en pantalla, y a la vez, le da a Dinah unas alas que la llevan más allá de ser la rival de Black Siren. Rene y Quentin también tienen esa química juntos que hace que encajen a la perfección en ciertas tramas conjuntas. La escena de ambos con la agente del FBI lo demuestra.

Después de todo esto cabe preguntarse, ¿quién ha expuesto a Oliver públicamente?. Todo apunta a James. 

Sabemos que Diggle será Arrow durante un tiempo, ya lo confirmó el actor en una Cómic Con, pero aún así sabemos también que Oliver regresará en algún momento. Pero por ahora, es bueno para el personaje verle centrado en otra cosa por primera vez. Oliver tiene muchos frentes abiertos ahora mismo, y un descanso de su capucha para ordenar su vida nunca viene mal. De hecho considero que es un giro muy positivo.

Ha sido un capítulo magnífico, con unas bases asentadas muy sólidas de cara al futuro, con muchos frentes abiertos pero con límites bien definidos, con un crecimiento de personajes brutal y con una calidad en las luchas increíble. 

Arrow ha vuelto a hacerlo. 


Larga vida a Arrow.









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Por TodoArrow

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